Por eso hoy punsime a buscar per los mis baules de la memoria y encontre un escritu de fai por lo menos 20 años que taba destinau pa la revista Alto Nalon, y que `paezme que nun se publico. Yera un homenaje a una persona muy popular y querida que desgraciadamente ya fallecio y que yo hoy quiero recordar con cariño y admiracion enseñando aquel vieyu papel y una guapisima fotografia de Eladio Begega que tope en Internet y que espero os guste a todos.
El original escrito lo reproduzco tal cual lo escribi asi que disculpar los errores y reiterar que fue fechu con toa la mi admiracion hacia la persona:
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Cuando se trata de explicar quien es alguien en el capitulo de personajes populares hay que procurar hacerlo desde un prisma sociologicamente puro intentando sacar a la luz las virtudes y defectos del individuo en cuestion teniendo en cuenta que no siempre se es popular por el lado positivo sino que a veces lo no tan bueno se apodera e inclina la balanza a su favor.
En el relato de una vida que voy a hacer a continuacion quienes conocen a Leandro Suarez saben que es una persona de reacciones imprevisibles, tal como lo es el en realidad y nunca se aprecia si los hechos realizados pasan a engrosar una u otra faceta de esa balanza.
Natural de Soto Llorio reside en Villoria desde hace mucho tiempo consiguiendo llevarse el aprecio de la mayoria y las burlas de la minoria engañados estos con los escabrosos giros de su cerebro abatido por el sufrimiento de una guerra y el duro trabajo de largos dias en la mina que consiguieron que su propietario sea el mas debil de los debiles en cuanto temor al peligro se refiere.
Leandro Suarez, trabajador incansable, caminante infatigable, bebedor empedernido, defensor de idologias cambiantes es y lo seguira siendo un simbolo en Villoria, el duro entre los duros, un ejemplo de vida vivida sin contemplaciones aprovechando hasta el final sus placeres, mendigando su sed de bar en bar y criticando injusticias existentes solo en su mente inducidas la mayoria de las veces por los que en el fondo le aprecian y que aprovechando su debilidad le inculcan mentiras y guerras inexistentes.
Armado hasta los dientes con pistolas de juguete mantiene una guerra a muerte con el pueblo de Villoria, una guerra interior que le coarta su libertad, la libertad de sentirse libre, la libertad de caminar sin silbidos ni calanos que retumben en sus oidos, la libertad de vivir su guerra sin enemigos pue la vida de Leandro Suarez fue, es y sera una guerra sin final,
Este es mi homenaje postumo a Leandro Suarez pidiendo otra vez disculpas por si alguien se sintiera ofendido pero reitero que es mi reconocimiento cariñoso a una persona que a su manera dejo huella entre los que seguimos viviendo en Villoria.